Cambessèdes

Plantarum Vasculari Balearicum

(II) Bellver: vegetación y paisaje

Posted by Cambessèdes en jueves 14 \14+01:00 febrero \14+01:00 2008

[Proviene de: (I) Bellver: biotopo]

La vegetación de Bellver está formada por un conjunto de plantas arbustivas (no sobrepasan los 2,5 m de altura), con una estructura relativamente densa y un estrato herbáceo, denominado garriga. Su adaptación a las variaciones del clima mediterráneo, a la baja pluviosidad (420 L/m2 y año) y a las largas sequías estivales, como también la cantidad de plantas y animales que forman parte, hacen que la garriga tenga mucho valor ecológico. En Bellver, como en otros lugares de Mallorca, muchas zonas de garriga están cubiertas por un estrato arbóreo de pinos carrascos (Pinus halepensis) que dan una falsa apariencia de “bosque”.

Muchas de las plantas que podemos observar a lo largo de nuestro recorrido han desarrollado, a través de largos períodos de evolución, estrategias para adaptarse a las condiciones ambientales del Mediterráneo. El factor limitante más importante al cual tienen que enfrentarse es la combinación de las altas temperaturas del verano con la falta de agua. Observamos algunas de las adaptaciones de las hojas de los vegetales de Bellver al ambiente seco:

● Las hojas están presentes todo el año, son perennes. Así pueden aprovechar en cualquier momento unas buenas condiciones climáticas para cumplir alguna parte de su ciclo vital. Es la mejor estrategia siempre que el período seco no supere los 100 días.

● Las hojas son duras (esclerófilas), con materiales estructurales abundantes (celulosas, ligninas) y pocos materiales activos en la producción (proteínas). Esta estructura resistente permite pérdidas de agua importantes sin daños mecánicos irreversibles.

● Las hojas son suculentas (gruesas, carnosas) y además de limitar la pérdida de agua, la guardan durante el período húmedo y la gastan lentamente durante las sequías.

Quien tenga la suerte de dar un paseo por Bellver en otoño o en primavera podrá observar toda una variedad de pequeñas plantas que decoran el sustrato y que forman parte de la garriga. La mayor parte de las hierbas tienen un ciclo vital muy corto: nacen en invierno y desaparecen en verano. Sus raíces, pequeñas, no alcanzan los niveles profundos del suelo, los únicos que en época cálida mantienen cierta humedad. Por tanto, no pueden resistir la larga sequía estival. El mundo mediterráneo es, sobre todo, un reino de plantas leñosas. Las formaciones herbáceas son escasas en el paisaje pero tienen mucha importancia a la hora de retener la tierra entre sus raíces e impedir que se pierda por erosión.

Paseando por Bellver rápidamente nos fijamos en la variedad de plantas que conviven y forman una parte importante del medio natural; en buena medida aportan una parte sustancial del paisaje. Las plantas que encontramos forman parte de la flora mediterránea y se caracterizan, entre otras cosas, por la floración primaveral, si bien algunas especies florecen en otoño. Otra característica de las plantas mediterráneas es la de ser perennifolias, es decir, mantener la hoja durante todo el año. Pero, tal vez, lo más espectacular de las plantas de esta región lo constituyen las adaptaciones al suministro de agua y al ahorro de este elemento escaso y por tanto limitado. Las plantas que se adaptan a vivir con la presión de este estrés hídrico son las plantas denominadas xerófitas.

De las diversas adaptaciones posibles podemos destacar la existencia de sistemas radiculares profundos y muy bien desarrollados para facilitar el suministro de agua o modificaciones morfológicas para limitar las pérdidas por transpiración. Entre estos tenemos las plantas esclerófilas que tienen la hoja plana, dura y encerada, como el labiérnago blanco (Phillyrea angustifolia) y el aladierno (Rhamnus alaternus). Otros reducen la hoja a la mínima expresión o la protegen con pelos. Otras especies almacenan el agua en sus estructuras adquiriendo cierta suculencia; es el caso de la uña de gato (Sedum sediforme).

En la garriga de Bellver crecen diversos árboles y sin duda el pino carrasco es el más característico, abundante y conocido. Se encuentran ejemplares de tamaño considerable y desde tiempos antiguos los que han descrito Bellver han cogido como punto de referencia los pinos. El pino es un árbol muy resistente a la sequía, le gusta la luz y las temperaturas elevadas, y prefiere suelos calcáreos, por lo que es un árbol muy extendido en Baleares y en todo el Mediterráneo. A veces encontraremos algún pie con un crecimiento anormal del ramaje y de las hojas de forma más densa. Es una malformación conocida con el nombre de escoba de bruja y es producida por un hongo.

Todo el mundo relaciona Bellver con la palabra bosque. De hecho nadie separaría el binomio bosque y Bellver. El término “bosque”, al igual que “garriga”, o “prado”, designa un tipo concreto de comunidad vegetal. En el bosque predominan los árboles y representa la etapa más madura de la sucesión evolutiva de las otras comunidades. Además de árboles, en el bosque crecen arbustos y hierbas. Estos tres tipos de vegetales se encuentran dispuestos en estratos o pisos según su altura.

La garriga es una comunidad vegetal formada por plantas arbustivas, es decir, plantas lignificadas y ramificadas desde su base y que llegan a tener poco más de un metro de altura y es de una densidad tal que la hace impenetrable. A menudo en la garriga, de la cual se pueden distinguir diversos tipos, crece un falso estrato arbóreo de pino, una especie con gran capacidad de crecer. Este es el caso de Bellver.

En Bellver, fruto de repoblaciones llevadas a cabo en tiempos pasados, también se encuentran ejemplares de pino canario (Pinus canariensis), una especie originaria de las islas Canarias, que se utiliza a menudo como árbol ornamental, y de pino piñonero (Pinus pinea), que forma los conocidos piñones.

El algarrobo (Ceratonia siliqua) es otro árbol presente en Bellver. Su fruto, la algarroba, ha sido apreciado por el hombre desde tiempos antiguos. La encina (Quercus ilex subsp. ilex) es otro árbol extendido por la sierra de Tramuntana y por el pla de Mallorca, lugares donde forma verdaderos y maduros bosques. En Bellver está presente pero es raro. Parece ser que antiguamente era más abundante y ahora quedan en ciertos lugares como testimonios del pasado. Además, se está llevando a cabo una serie de actuaciones encaminadas a la repoblación de especies vegetales, entre las que destaca la de encina.

Como se ha dicho, la garriga es una comunidad eminentemente arbustiva, y por tanto serán estos los vegetales que predominarán en Bellver. De entre estos, podemos destacar el acebuche (Olea europea). También destaca el lentisco (Pistacia lentiscus), antiguamente utilizado para hacer carbón y para extraer una esencia ya en tiempos de los faraones, y que tiene un fruto muy apreciado por los pájaros. El aladierno tiene las hojas de color verde intenso con el margen traslúcido. El labiérnago blanco pertenece a la misma familia que el acebuche y hace un fruto similar a una aceituna pequeña.

El brezo (Erica multiflora) presenta las hojas pequeñas en forma de aguja y flores rosadas que aparecen en otoño. La estepa blanca (Cistus albidus) tiene las hojas grises y la flor grande y rosa mientras que la estepa negra (Cistus monspeliensis) tiene las hojas verdes y las flores más pequeñas y blancas. La albaida (Anthyllis cytisoides) también tiene las hojas grisáceas y un poco peludas. Tiene las flores amarillas y es uno de los arbustos más abundantes de Bellver.

En la garriga muchas plantas son aromáticas, con propiedades medicinales y atractivas para los insectos, tal es el caso de la lavanda (Lavandula dentata, de flores azuladas, el polio (Teucrium capitatum), de flores púrpuras, y la cebollada (Globularia alypum), de flores azules.

Otras plantas, lejos de ser aromáticas, tienen mal olor. Es un buen sistema de defensa contra los herbívoros. Es el caso del altramuz del diablo (Anagyris foetida), que hace un fruto parecido a una algarroba, o la ruda (Ruta sp.). Hay especies que están bien protegidas por púas gruesas como la esparraguera (Asparagus horridus), de la cual la gente coge los espárragos. El género Asparagus también se protege cuando se siegan los prados secos de herbáceas en la época estival para prevenir los incendios. Hay plantas que trepan por las cepas o por el ramaje de los arbustos, es el caso de la madreselva (Lonicera implexa) de flores hermosas que desprenden un olor muy agradable.

Por debajo de los arbustos o en los calveros que dejan estos, crecen las hierbas de consistencia blanda y no lignificadas que a veces presentan una densidad tan alta que forman una alfombra verde. Las hay que son perennes, pero también las hay que tienen un ciclo vital de un año, son las plantas denominadas anuales o terófitos.

También encontramos las plantas que tienen órganos subterráneos de resistencia: bulbos, tubérculos, rizomas, etc. Son las plantas denominadas geófitos, como los frailillos (Arisarum vulgare), de flor muy peculiar y hojas redondeadas y brillantes, que crece en abundancia en otoño. Las orquídeas son un buen ejemplo de geófitos y constituyen una familia muy bien representada en Bellver. Una orquídea abundante es la conocida popularmente con el nombre de espejo de Venus (Ophrys speculum). Otro ejemplo de geófito es el asfódelo (Asphodelus aestivus), que los antiguos griegos relacionaban con el paraíso. Tiene los tubérculos subterráneos ricos en almidón. El mes de mayo la cresta de gallo (Gladiolus illyricus) llena de color rojo la garriga cuando ésta ya comienza a mostrar signos de sequía.

El lastón (Brachypodium phoenicoides) es una gramínea que se extiende con abundancia. Hay dos especies de pequeñas margaritas (Bellis sp.). Una florece en primavera mientras que la otra, un poco más grande, florece en otoño. Algunas plantas curiosas colonizan las paredes del castillo como el alcaparro (Capparis spinosa), planta espinosa de flores espectaculares. Los capullos, las flores antes de abrir, son las alcaparras que se consumen en vinagre. Igualmente, crece el hinojo marino (Crithmum maritimum), una planta de litoral, de hojas carnosas y que también se come en vinagre.

En los lugares más húmedos y sombríos de los collados viven otras plantas, como el pie de cristo (Potentilla reptans), el apio caballar (Smyrnium olusatrum), y la celidonia menor (Ranunculus ficaria). En las zonas más degradadas donde el impacto del hombre se ha dejado notar, crece el antimano (Chrysanthemum coronarium) de flores amarillas o blancas. Igualmente en los suelos removidos por los animales en los márgenes de caminos crecen ortigas (Urtica sp.), malvas (Lavatera sp.), y agrios (Oxalis pes-caprae), una planta de flor amarilla originaria del cabo de Buena Esperanza que se ha naturalizado en las islas Baleares.

El bosque de Bellver tiene diversos endemismos vegetales que también viven en otras partes de Mallorca o Baleares. Crece, por ejemplo, la “lleganyova” (Aetheorhiza bulbosa subsp. willkommii), que florece en otoño y es una plantita de flor amarilla. También se puede encontrar en otoño el azafrán bastardo (Crocus cambessedesii).

Sólo en Bellver hay descritas más de 300 especies de plantas eminentemente mediterráneas, con un crecimiento lento y una gran fragilidad. Las setas, más concretamente denominados hongos, crecen también en Bellver. Este tipo de organismos viven de la materia orgánica que hay en el suelo y aparecen en otoño, cuando el grado de humedad es elevado.

Enlace de interés:

Fuente: Aguiló i Ribas, A., Llabrés i Bernat, G., Valero i Martí. Guia de Bellver: una aproximació al coneixement del medi natural i del Castell de Bellver. Institut d’Estudis Baleàrics, Palma, 1995

Una respuesta to “(II) Bellver: vegetación y paisaje”

  1. Joan said

    Muchas gracias por tu maravillosa página y por la dedicación y esfuerzo que pones en cada tema!

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